Lectura y encuadre
¿Qué sucede cuando en el encuadre clínico introducimos un objeto escolar? ¿Qué sucede cuando ese objeto es un texto escrito que se da a leer?
En la lectura producida en la situación clínica del diagnóstico, las modalidades de circulación libidinal y la transferencia se ven transformadas por la presencia de un objeto tercero entre el paciente y el terapeuta que es el texto escrito. Objeto singular, puesto que no sólo es un objeto socialmente significativo y constituido por significaciones instituidas, sino además un objeto habitual en el espacio escolar y por lo tanto revestido de sentidos conflictivos para el sujeto, dada la índole de las problemáticas por las cuales consulta.
Mediante un dispositivo diseñado especialmente para indagar los procesos de imaginación y reflexión en la lectura (Cantú, 2011) puede intentarse instalar un encuadre apropiado para potenciar la producción simbólica del niño en relación con la lectura. Se trata de una verdadera conversación psicoanalítica (Roussillon, 1995) (Green, 2010): una conversación que sólo en apariencia es banal, siguiendo líneas abiertas por el texto (que pasa a ser entonces un pre-texto asociativo), pero que puede permitir emerger la riqueza de las producciones del sujeto.
El terapeuta explica al niño que se trabajará con la lectura de un cuento y que éste le será presentado en partes. Se invita al niño a leer cada una de ellas y a producir asociaciones sobre las mismas, pudiendo interrumpir la lectura en cualquier momento en que lo desee para comentar, preguntar o dialogar. Se le explica que el objetivo no es evaluar si comprendió o no el cuento sino “ver qué cosas se le ocurren” aunque las mismas le parezcan no tener relación lógica o directa con él. De este modo se procura generar las condiciones para que el niño pueda producir asociaciones de sentidos subjetivos: deseos, fantasías, enigmas, temores, recuerdos, ligados a lo leído pero que no se reducen a la comprensión de lo leído ni al razonamiento inferencial.
Es importante que el niño comprenda que no se evaluará la adecuación al texto leído sino que nuestro interés está en lo propio y original que él pueda contarnos independientemente de su ajuste a los contenidos textuales.
Durante todo el diagnóstico en general y en la entrevista que nos ocupa en particular, la prescripción para el terapeuta es de una actitud de neutralidad benévola (Green, 2005). En el caso particular de la indagación de la lectura, la neutralidad benévola implica una receptividad y disponibilidad para las producciones del paciente en relación con el texto leído, producciones que en muchos casos los niños asocian a la dinámica escolar, transfiriendo al terapeuta la expectativa de ser evaluados y calificados.
Es decir, en relación con cada fragmento leído se intenta obtener asociaciones del niño. El terapeuta en atención flotante estimula el proceso asociativo. Al finalizar la lectura y la producción asociativa sobre cada fragmento, se solicita al niño que anticipe lo que ocurrirá en el siguiente. Al finalizar la lectura del cuento completo, se pide un resumen general de lo leído, se invita al niño a inventar un título para el cuento y se indagan algunas situaciones hipotéticas en las que se producen cambios en la trama narrativa, se alteran personajes o se propone al niño incluirse en la situación ficcional narrada.
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