Relaciones taxonómicas

relaciones taxonómicas

Se considera que el conocimiento semántico está representado por conceptos que se relacionan de diversas maneras. Cuando se organizan de manera jerárquica desde niveles menos inclusivos a niveles más inclusivos, o viceversa, la relación que los une es taxonómica. De este modo, una relación taxonómica vincula a un concepto con otro de nivel jerárquico superior (“perro-animal”), con un concepto de nivel inferior o subordinado (“perro-collie”), y con un concepto del mismo nivel jerárquico (“perro-gato”).

Mientras las relaciones superordinadas y subordinadas tienen una estructura vertical, las coordinadas o de nivel base -mismo nivel- tienen una estructura horizontal (Lin & Murphy, 2001). Las superordinadas (“animal”) se componen de instancias más abstractas y menos observables (no hay ningún animal en la realidad que incluya hiena, delfín, pantera, etc.), y las categorías subordinadas (“collie”), de instancias específicas y más detalladas. Así, las categorías de nivel base (“perro”) capturan un nivel intermedio de generalidad que es más útil que el de las categorías muy amplias o específicas. Las relaciones taxonómicas permiten anticipar las propiedades que tendrá un nuevo elemento que se incluya dentro de una categoría; unifican dos o más objetos diferentes, de modo tal que sean percibidos como la misma clase de cosa y subsumidos en una sola etiqueta clasificatoria (Ford, 2003).

Los conceptos que pertenecen a una categoría taxonómica se relacionan con todos los otros miembros en virtud de las características que comparten, de modo que se basan en las propiedades mismas de los objetos (Mirman & Graziano, 2012) y, como consecuencia, tienden a parecerse entre sí (Estes et al., 2011). Conocer estas relaciones constituye un aspecto crítico del significado de las palabras. Saber, por ejemplo, que un collie es un tipo de perro permite hacer ciertas inferencias (los collies deben heredar todas las propiedades de los perros) y saber que algunos perros son mascotas (y viceversa) posibilita hacer distintas inferencias (que pueda haber propiedades compartidas). Finalmente, saber que los perros no son gatos permite otras inferencias.

En suma, las categorías taxonómicas incorporan información con una masa crítica de características superpuestas, de modo tal que los miembros de una categoría particular (gorrión, águila, etc.) comparten todas las propiedades de la categoría (pájaros) junto con algunas propiedades diferenciales. En consecuencia, la densidad de conocimiento almacenado para cada miembro se reduce significativamente, haciendo más económico el almacenamiento de la información (Ford, 2003).

La organización del conocimiento taxonómico permite a los individuos procesar información de una manera económica y sofisticada, facilitando su recuperación para futuras aplicaciones, permitiendo hacer analogías y resolver problemas, e impulsando el desarrollo de más conocimiento.