Proximidad semántica y priming

Antes de desarrollar los formatos que la Psicología Cognitiva ha propuesto para pensar la forma en que se haya representado nuestro conocimiento, aún debemos revisar un problema previo. Nuestra experiencia cotidiana nos sugiere que algunos conceptos se hallan "más próximos" unos de otros. De hecho, este fenómeno puede afectar nuestro comportamiento cotidiano de muchas maneras. En particular, tener en mente un concepto que es próximo a otros recuerdos relacionados con él hace que estos se encuentren más accesibles a su evocación que otros. Esta es nuestra experiencia cotidiana y nada hay de malo en ella. Pero, para un estudio más organizado de la proximidad semántica, necesitamos tareas que permitan manipular y medir estos efectos. Y allí es donde interviene el concepto de priming

Piedra de rosetta

Cuando una persona estima la similitud semántica entre dos o más ideas, lo hace a partir de establecer entre ellas diferentes tipos de relaciones semánticas. La proximidad semántica puede estar dada porque ambos conceptos presentan entre sí una relación inferencial, de modo que evocar un concepto supone la propagación del pensamiento hacia otro concepto con el que se halla vinculado lógicamente (relaciones de pertenencia, taxonomía, coordinación, etc.). Pero también puede suceder que ambos conceptos compartan numerosos atributos por medio de los cuales se establezcan relaciones no lógicas. Así, las semejanzas en los atributos compartidos entre dos conceptos pueden promover las relaciones analógicas, identificaciones por el predicado, o aún en un caso particular, relaciones por similitudes fonológicas. 

Del mismo modo y tal como lo han señalado algunos estudios sobre relaciones semánticas (Bejar, Chaffin & Embretson, 1991; Mayor & López, 1995), a través del mismo mecanismo se puede comprender la conformación de relaciones parte-todo, contraste, causa-propósito, etc. De hecho, estos estudios recuperan trabajos que proponen taxonomías de al menos trece sistemas de clasificación diferentes.

Se denomina priming al mejoramiento, respecto de una línea de base apropiada, en el desempeño en una tarea cognitiva, como producto del contexto o de una experiencia anterior. En este marco, el efecto de priming semántico ha recibido una gran atención desde su demostración original en la década de los 70. Este efecto puede ser presentado sintéticamente como el fenómeno que hace que una palabra sea reconocida más rápidamente si es precedida por una palabra semánticamente relacionada con la primera, que si es precedida por otra no relacionada. 

El priming semántico, particularmente, se operacionaliza como una mejoría en la velocidad de respuesta o una mayor exactitud para responder a un estímulo cuando éste es precedido por un estímulo semántico relacionado con él que cuando no lo es (por ejemplo, perro-gato contra perro-avestruz). El estímulo sobre el cual se producen las respuestas se denomina blanco u objetivo, y el estímulo precedente se denomina prime. Otra clase de priming es el de repetición, que refiere a la mejoría en la velocidad o exactitud para responder a la segunda ocurrencia de un estímulo presentado con anterioridad. El priming semántico y el de repetición son causados, probablemente, por mecanismos diferentes o por diversos estados de procesamiento (Durgunoglu, 1988).

El aspecto semántico del priming semántico está implicado en que el priming es causado por relaciones de significado como las que existen, por ejemplo, entre los conceptos perro y caballo (ambos son mamíferos, cuadrúpedos, tienen piel, etc.). En la práctica, la denominación también se utiliza para referirnos al priming causado por una mezcla de relaciones semánticas y asociativas. El priming producido entre conceptos como perro y gato involucra tanto relaciones semánticas como las mencionadas, como relaciones puramente asociativas (ambos conceptos aparecen fuertemente vinculados en relaciones topológicas espaciales y temporales). En cambio, avestruz casi nunca aparece asociada con perro. 

Es interesante señalar, para nuestros propósitos, la distinción propuesta entre priming semántico automático y estratégico. Posner y Snyder (1975) y Nelly (1977)  distinguieron empíricamente dos tipos de estrategias utilizadas por las personas en tareas de priming estratégico: la generación de expectativas prospectivas y la verificación de relaciones retrospectivas.

La generación de expectativas prospectivas se produce cuando la persona anticipa, al serle presentado el prime, posibles pares de objetos relacionados con el prime. De este modo, el efecto priming se ve amplificado, pues la persona genera posibles cadenas con términos relacionados, no utilizando cadenas con términos no relacionados.

La verificación de relaciones retrospectivas se produce cuando la persona evalúa la relación prime - objetivo una vez que han sido presentados, pero antes de producir la respuesta. En tareas de decisión lexical, la evaluación de una relación significativa entre prime y objeto funciona como clave para facilitar la respuesta. 

Priming es el término utilizado en psicología cognitiva para designar el efecto causado por la experiencia repetida de un estímulo. El efecto de la exposición repetida a un estímulo produce la facilitación o inhibición, una preactivación de un estimulo posterior después de la exposición repetida. El priming semántico se produce a partir de las relaciones semánticas entre palabras.