7. La oposición falo-castración

Medusa

En un pequeño texto de 1922 -"La cabeza de Medusa"-, Freud analiza este símbolo mitológico del horror en términos de la castración de la madre. El arte la figura como una cabeza llena de serpientes: la multiplicación de los símbolos del pene significa, al decir de Freud, castración. Su visión produce la petrificación de quien la mira, consuelo de quien mira: él posee el pene, y lo asegura a través de la erección. Atenea, la diosa virgen, lleva en su vestido este símbolo, deja ver "los terroríficos genitales de la madre" y se vuelve inabordable. 

El artículo "La organización genital infantil (Una interpolación en la teoría de la sexualidad)", de 1923, indica una torsión radical en la teorización freudiana. Se presenta como complementario a los "Tres ensayos para una teoría sexual". Aquí plantea la instauración bifásica de la sexualidad: niñez y adultez. Una serie de modificaciones teóricas caracterizan a este artículo. Freud habla de una organización genital en lugar de la pregenital. Del primado genital se pasa al primado del falo: “para ambos sexos, sólo desempeña un papel un genital, el masculino. Por tanto, no hay un primado genital, sino un primado del falo.

Se establece así una distinción entre el órgano real y el falo, en tanto que es un símbolo por oposición a una falta: “sólo puede apreciarse rectamente la significatividad del complejo de castración si a la vez se toma en cuenta su génesis en la fase del primado del falo.” 

La teoría sexual que prevalece es la del universal fálico: todos los seres humanos tienen pene (ejemplificado en el análisis del pequeño Hans). Frente a la diferencia sexual anatómica el niño rechaza creer en su percepción y atribuye la pérdida del pene a todo tipo de contratiempos (enfermedad, castigo, deformidad) que dejan a algunos seres fuera de ese conjunto. Solamente cuando la castración toca a la madre, y el niño descubre la castración materna, se instaura el complejo de castración. En una nota al pie de página Freud señala que las pérdidas son experimentadas por el niño como un daño narcisista (el destete, los excrementos, el nacimiento). Pero, “sólo cabe hablar de un complejo de castración cuando esa representación de una pérdida se ha enlazado con los genitales masculinos”. 

La teoría sexual infantil que prevalece es la del universal fálico. Sólo cuando el niño descubre la castración materna se instaura el complejo de castración.
El falo produce una resignificación retroactiva a las pérdidas anteriores en términos de castración.


Se establece entonces una serie de oposiciones. En el estadio de la organización pregenital sádico-anal no se puede hablar de masculino-femenino sino de la oposición activo y pasivo. En el estadio de la organización genital infantil hay algo masculino pero no femenino, la oposición es genital masculino (falo) y castrado. En la pubertad se instaura la polaridad masculino-femenino. “Lo masculino reúne el sujeto, la actividad y la posesión del pene; lo femenino, el objeto y la pasividad.” 

En 1924, Freud añade su última nota al pie de página de los "Tres ensayos para una teoría sexual" y señala el estadio fálico de organización. Incorpora así el giro central de sus desarrollos sobre la sexualidad.

Existe cierto tipo de elaboración de saber inconsciente a partir de una pregunta que se forma el sujeto. Freud encaró esta cuestión a través de las "teorías sexuales infantiles", que toman como fuente una elección de goce. Más allá de su veracidad, estas teorías son siempre verdades subjetivas determinadas por el empuje pulsional. Como tales, son independientes del nivel de información sexual que posea el niño. La educación no actúa sobre el saber inconsciente. Constituyen elaboraciones de saber sobre el goce. 


Freud enumera cuatro teorías sexuales infantiles:

1. Todos los seres humanos tienen pene. 
2. La teoría cloacal del nacimiento, que expresa el desconocimiento de la vagina: el único orificio es el ano. La fuente libidinal es sádico-anal, anterior a la diferenciación entre los sexos. Esta teoría permite que el varón también pueda dar a luz y se basa también en la equivalencia entre los niños y los excrementos. 
3. La concepción sádica del coito, que refleja la "lucha entre los sexos". 
4. Distintas teorías libidinales acerca del matrimonio, y más radicalmente acerca de la relación con el partenaire. 

En los "Tres ensayos para una teoría sexual", Freud indica que la pregunta fundamental del niño es “de dónde vienen los niños”. En 1925, en "Algunas consecuencias psíquicas de la diferencia anatómica entre los sexos", Freud modifica esta afirmación e indica que la pregunta primordial para cada sujeto es relativa a la diferencia entre los sexos. Este desplazamiento de una pregunta a otra es resultado de la modificación de la teoría freudiana: no hay simetría entre los sexos, prevalece la disimetría ("El sepultamiento del complejo de Edipo", 1924).